FRAGMENTOS DE TEXTO VIII:
Sacamos nuestra fuerza de nuestros olvidos y de nuestra incapacidad para representarnos la pluralidad de destinos simultáneos. Nadie podría sobrevivir a la comprensión instantánea del dolor universal, pues cada corazón no está encallecido más que para una cierta cantidad de sufrimientos. Hay a modo de límites naturales para nuestra resistencia, sin embargo la expansión de cada disgusto los alcanza, y a veces los retrasa! Es a menudo el origen de nuestra ruina. De aquí deriva la impresión de que cada dolor, cada disgusto, son infinitos. Lo son, en efecto, pero solamente para nosotros, para los límites de nuestro corazón. Y aunque éste tuviera las dimensiones del vasto espacio nuestros males serían aún más vastos pues todo dolor sustituye al mundo y de cada pena nace otro universo. La razón se atarea vanamente en mostrarnos las proporciones infinitesimales de nuestros accidentes. Fracasa ante nuestra tendencia a la proliferación cosmogónica. Resulta así que la verdadera locura no es nunca debida a los azares o a los desastres del cerebro, sino a la concepción falsa del espacio que se forja el corazón…
Un alma no se engrandece y no perece más que por la cantidad de lo insoportable que asume.
Emil Cioran
Anulación por la liberación
Sacamos nuestra fuerza de nuestros olvidos y de nuestra incapacidad para representarnos la pluralidad de destinos simultáneos. Nadie podría sobrevivir a la comprensión instantánea del dolor universal, pues cada corazón no está encallecido más que para una cierta cantidad de sufrimientos. Hay a modo de límites naturales para nuestra resistencia, sin embargo la expansión de cada disgusto los alcanza, y a veces los retrasa! Es a menudo el origen de nuestra ruina. De aquí deriva la impresión de que cada dolor, cada disgusto, son infinitos. Lo son, en efecto, pero solamente para nosotros, para los límites de nuestro corazón. Y aunque éste tuviera las dimensiones del vasto espacio nuestros males serían aún más vastos pues todo dolor sustituye al mundo y de cada pena nace otro universo. La razón se atarea vanamente en mostrarnos las proporciones infinitesimales de nuestros accidentes. Fracasa ante nuestra tendencia a la proliferación cosmogónica. Resulta así que la verdadera locura no es nunca debida a los azares o a los desastres del cerebro, sino a la concepción falsa del espacio que se forja el corazón…
Un alma no se engrandece y no perece más que por la cantidad de lo insoportable que asume.
Emil Cioran
Anulación por la liberación
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