jueves, 15 de abril de 2010
¿Veinte ya?
Veinte años han pasado desde aquella siesta en que decidí asomarme al mundo. Veinte años desde aquel domingo de Pascuas que casi me nombra Pascualina (gracias mamá y papá por no llevarle el apunte a la enfermera). ¿Será la fecha lo que fecundó mi pasión por el chocolate? No sé... pero hoy tengo veinte años y todavía no me he dado cuenta.
Me gusta cumplir años. Me gusta elegir el menú del día, romper papeles, encontrar un lugar en la habitación para cada regalo (aunque no sean muchos), recibir muchos mensajes y llamadas. Me gusta sentir que la gente se acuerda de mí. Sobre todo aquellos que sorprenden con sus saludos. Me gusta. Y por eso siempre estoy esperando mi cumpleaños. Este año no me di cuenta, y mi día ya estaba aquí. La facultad (y el llevar todo al día y lo mejor posible) me está quitando gran (enorme, inmensa) parte de mi tiempo, por lo que ya duermo cada vez menos, tomo tres cafés por día, mi cuarto es un cementerio de papeles, cartones, impresiones por todos lados, me paso el día corriendo, acelerada... y todos los gajes de la vida del estudiante de este tipo de carreras. No tuve tiempo de pensar que se acercaba mi cumpleaños. No tenía tiempo de cumplir años. No quería cumplirlos en esta semana precisamente. Tenía demasiadas cosas que hacer, y demasiadas cosas en la cabeza. Todos deberes y obligaciones, claro.
Tuve que empezar mis veinte añitos en la casa de una compañera después de 8 horas en la facultad, seguidas directamente por la realización de un catálogo de papeles que nos tuvo hasta las 2 de la mañana cortando y pegando papelitos. Lógico, a esa hora ya no hay colectivos así que dormí ahí, me cantaron el cumpleaños feliz, soplé un fósforo que pusimos sobre un alfajor MiniTorta y así empecé. Dormí unas pocas horas y de nuevo a la facultad, con la misma ropa del día anterior, más una bufanda que me acababan de regalar, y sin mi cepillo de dientes. Pero feliz. Llena de llamados, mensajes y abrazos.
No iba a tener tiempo ni de darme cuenta que son veinte los años que cumplo porque no me daba el tiempo de llegar a mi casa, seleccionar fotos, ir al centro a imprimirlas, volver a darles la edición con tintas encima... ufff... encima desvelada... ay, no... que me perdone Lenguaje Visual II, pero sólo porque es mi cumpleaños mañana no voy a ir y hoy voy a descansar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)